Como se ha mencionado previamente en las medidas generales, se debe evitar el ejercicio físico intenso, pero es recomendable caminar diariamente y hacer ejercicio suave aeróbico (por ejemplo nadar), limitado por los síntomas. Se ha demostrado que un entrenamiento físico específico (rehabilitación cardiaca) puede ayudar a mejorar los síntomas de la enfermedad.
En cuanto a la alimentación, se debe evitar la ingesta de sal, y si se toma anticoagulantes orales, hay varios alimentos que se deben evitar para no interferir con los niveles óptimos de anticoagulación.
Para más información os dejamos nuestro webinar «Hipertensión Pulmonar y alimentación. ¿Puede ayudar la dieta en el tratamiento de la HP?»